Virus, gérmenes y bacterias encuentran alojo y cobijo bajo nuestras uñas. Y, al morderlas, favorecemos la entrada directa de todos estos patógenos a nuestro organismo, incluida la COVID.

Se llama onicofagia al hábito compulsivo de morderse las uñas de los dedos de las manos.

Si bien es una conducta frecuente en niños y adolescentes que suele desaparecer con el tiempo, bajo determinadas situaciones de estrés, angustia, frustración, incluso aburrimiento, también es posible que se presente en la edad adulta.

No vamos a entrar en las causas y posibles tratamientos para eliminar este hábito: están fuera de nuestro ámbito de competencia.

Sí nos centraremos en las lesiones dentales que la onicofagia puede ocasionar en tu boca (y en tu salud, en general).

• Covid: Nos hemos cansado de escucharlo: ‘lavado de manos’. Pero debe ser un lavado profundo, que llegue hasta la parte interior de la uña. No es necesario dar más detalles… si te comes las uñas, te comes todo lo que tienen debajo, incluido el coronavirus.
• Caries, llagas, herpes…: Más de lo mismo. Las bacterias, virus y hongos que se esconden bajo las uñas llegan a la boca aumentando el riesgo de caries y otras infecciones en la boca y en el tracto digestivo.
• Deterioro del esmalte dental: la onicofagia provoca un roce continuado en los dientes lo que puede ocasionar microfracturas en el esmalte, sobre todo, en los incisivos superiores e inferiores. En cuadros clínicos más complejos (con bruxismo por ansiedad, por ejemplo), se puede llegar a la fractura de los dientes.
• Desplazamiento dentario: la presión que se ejerce sobre los dientes al morderse las uñas puede originar un desplazamiento de las piezas dentales. En los casos más extremos, puede ocasionar un apiñamiento dental y la necesidad de una ortodoncia para corregirlo.
• Gingivitis y periodontitis: la onicofagia puede lesionar las encías: pequeños fragmentos de uña pueden clavarse en ellas provocando inflamación y enfermedades periodontales como la gingivitis y, a la larga, la periodontitis.
• Alteraciones en la mandíbula: la posición forzada de la mandíbula para morderse las uñas fuerza los huesos y músculos que unen el cráneo con la mandíbula inferior. Esta tensión anómala puede ocasionar trastornos en la articulación temporomandibular originando dificultades para abrir y cerrar la boca, morder, dolor de cabeza y dolor de oídos.
• Lesiones físicas en los dedos: la onicofagia puede provocar, también: deformación de la cutícula, formación de verrugas, elevación de los bordes laterales de los dedos….
• Estética: además de la pura mala estética en las manos, el hábito de morderse las uñas provoca una alteración en la anatomía de la uña volviéndola más ancha y corta. Pero no acaba ahí: también las manos y los labios sufren alteraciones morfológicas.

Onicofagia (morderse las uñas): un problema de salud general. Clínica Dental Vallecas