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Aftas bucales. Causas y tratamientos de las 'llagas de siempre'

Las aftas (llagas, postemillas o úlceras aftosas) son pequeñas lesiones superficiales que aparecen en los tejidos blandos de la boca que producen una sensación dolorosa similar al de una quemadura. Junto con las caries, son una de las enfermedades bucales más frecuentes y, en general, no tienen graves consecuencias.

Aftas bucales: qué son, causas y tratamientos. Clínica Dental Vallecas


Tipología de las aftas

La mayor parte de las aftas con redondas u ovaladas, de pequeño tamaño (unos 5 milímetros). Presentan un color blanquecino o amarillento con un borde rojizo.

Suelen formarse dentro de la boca, encima o debajo de la lengua, en la parte interior de las mejillas, en los labios, en la base de las encías o en el paladar blando.

Existen 3 tipos principales de aftas:

  • Aftas menores: Son las más frecuentes (80% de los casos). Suelen ser pequeñas (menos de 1 cm), superficiales y curarse, sin dejar cicatriz, en 1 ó 2 semanas.
  • Aftas mayores: Aunque también suelen ser redondas pueden presentar bordes irregulares debido a su mayor tamaño (más de 1 cm) y profundidad. Suelen ser más dolorosas que las anteriores, tardar hasta 6 semanas en curarse y dejar cicatriz. Representan entre un 10-15% de los casos.
  • Aftas herpetiformes: Son poco frecuentes (5-10%) y suelen aparecer en personas de edad avanzada. Estas aftas son muy pequeñas (1-2 mm) pero pueden unirse (de 10 a 100 aftas) y formar una gran úlcera. Presentan bordes irregulares y se curan, sin dejar cicatriz, en 1 ó 2 semanas.

 

Síntomas de las aftas

No es una patología grave, pero sí molesta puesto que pueden provocar dolor al comer, beber e, incluso, al hablar.

Uno o dos días antes de su aparición efectiva, suelen generar una sensación de hormigueo o ardor. Después, aparece un pequeño bulto rojo antes de dar paso a una herida abierta.

En algunas ocasiones, las aftas pueden provocar síntomas de malestar general, fiebre y/o inflamación de los ganglios linfáticos.

 

Causas de las aftas bucales

A pesar de las numerosas investigaciones al respecto, aún no se ha establecido una casuística clara. Algunos científicos apuntan a que una combinación de diversos factores (incluido el genético) pueden estar detrás de la aparición de las aftas.

Así, algunos posibles desencadenantes podrían ser:

  • Lesiones leves en la boca: por un tratamiento dental, ortodoncias, limpieza dental agresiva, accidentes deportivos, mordeduras accidentales, etc.
  • Sensibilidad a algunos alimentos: cítricos, picantes, chocolate, café, frutos secos, …
  • Carencias nutricionales: principalmente de vitamina B, hierro, zinc, ácido fólico.
  • Cambios hormonales durante el ciclo menstrual.
  • Reacción inmunológica frente a las bacterias comunes de la flora bucal.
  • Estrés emocional.
  • Fármacos, por ejemplo, el laurel sulfato de sodio (LSS) presente en algunos colutorios y dentífricos.

Y, también, algunas enfermedades y trastornos pueden provocar la aparición de aftas:

  • Celiaquía o intolerancia al gluten.
  • Enfermedades intestinales inflamatorias, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
  • Trastornos mucocutáneos, como la enfermedad de Behçet.
  • Un sistema inmunitario defectuoso que ataca las células sanas de la boca en lugar de los patógenos, como los virus y las bacterias.
  • VIH/sida.

Cualquier persona puede tener aftas aunque son más frecuentes en adolescentes y jóvenes y, en especial, en mujeres. Además, las personas con aftas recurrentes suelen tener antecedentes familiares similares lo que puede indicar un factor hereditario o bien compartido por el ambiente, como ciertos alimentos o alérgenos.

 

Tratamientos para las aftas

La mayoría de las aftas se curan de manera espontánea en una a dos semanas. Pero, para acelerar el proceso, recomendamos no tomar comidas muy condimentadas y reducir la ingesta de alimentos ácidos.

Para aliviar el dolor y la inflamación se pueden tomar anestésicos locales o antiinflamatorios tópicos que debe recetar el odontólogo.

También son útiles algunos remedios caseros como enjuagarse la boca con agua y sal.

Y, en casos menos leves, antibióticos o corticoides o talidomida si no hay respuesta al tratamiento tópico.

 

 

Si bien, como hemos comentado, no es una patología grave, te recomendamos que consultes con tu odontólogo, sobre todo si las aftas son inusualmente grandes o dolorosas o no sanan en el tiempo previsto. Si lo deseas, pide tu cita en Clínica Dental Vallecas»

 

Dentista en Vallecas. Aftas bucales: qué son, síntomas, causas y tratamientos